Ese cimbreante nardo...
Ese glande ansioso quiere arder en mi brasero
y yo por tenerlo entre mis rojas brasas muero
Tus labios recorren mis tesoros escondidos
lamiendo despacio hasta despertar mis sentidos
Mi bulba se derrite sin que ello me abochorne
Mi cuerpo se aprieta y enreda en tu hambrienta carne
y mi boca palpitante dibuja caricias
por todos los rinconcitos de tu cuerpo cálido
Bebo en la codiciada fuente de las delicias
haciéndote exhalar un delicioso alarido
que yo acompaño con un tembloroso quejido
Tu lengua ya ha abierto el portón de mi jardín
y un nardo cimbreante me hace gozar sin fin
Néctares de roció se mecen en nuestro Edén
y unos jubilosos violines se oyen también
María Sena.
23/09/2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario